miércoles, 15 de diciembre de 2010

La RSE: una realidad beneficiosa, una opción necesaria.

Definiciones de RSE, Responsabilidad Social Empresarial, hay muchas, pero todas ellas, tal como recoge el Libro Verde de la Comisión Europea, entienden la RSE como la “integración voluntaria por parte de las empresas de las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y sus relaciones con sus interlocutores”.

Se trata, pues, de compatibilizar los intereses económicos de una empresa con las expectativas sociales y las exigencias medioambientales, por lo que las empresas deben reconocer un triple balance: el impacto social (actuar de conformidad con las expectativas sociales), medioambiental (minimizar o eliminar el impacto ambiental negativo), y económico (ser financieramente segura) de sus operaciones.

En resumen, hay que crecer, dar beneficios, ser más rentables, pero no a cualquier precio.

Apostar por la RSE va a permitir a la empresa un crecimiento sostenible, redundando en múltiples beneficios, como pueden ser:

  • La mejora de la productividad.
  • La mejora del clima laboral. Mayor cohesión interna.
  • La mejora de la imagen y de la reputación.
  • La obtención de ahorros.
  • Una mayor fidelización de los clientes.
  • Una diferenciación con la competencia.

Esto podremos lograrlo si, en todo momento, se tiene presente que la RSE no se trata de acometer una serie de actuaciones de forma aislada. Debe obedecer a un diseño estratégico a partir del cual cada empresa, basándose en sus características específicas, en su punto de partida, en sus objetivos concretos y en los recursos de los que dispone, se oriente de forma coordinada y estructurada hacia una nueva gestión de su actividad, en la que las preocupaciones sociales y medioambientales se integren en el corazón de su modelo de negocio.


Julio Arias
 Symbiosis Consultores

No hay comentarios:

Publicar un comentario